Misiones Franciscanas, Patrimonio Cultural de la Humanidad

 

Misión de Jalpan: la defensa de la fe

El templo misional de Jalpan fue construido entre 1751 y 1758 por Fray Junípero Serra y está dedicado al apóstol Santiago. Por ser la primera de las cinco misiones en construirse significa la defensa de la fe y fue destinada a robustecer el nuevo dogma cumpliendo con una importante labor evangelizadora. En el primer cuerpo de la fachada se observan las figuras de Santo Domingo y San Francisco, propagadores de la fe. Aquí también se puede ver el pequeño escudo de las cinco llagas y el escudo de la orden franciscana, que significa el triunfo sobre la idolatría de los indígenas. Es la misma victoria que tuvieron los apóstoles San Pedro y San Pablo, cuyas imágenes están ubicadas en el marco interior de la puerta como pilares de la iglesia católica. En la parte inferior de la fachada se presenta un detalle iconográfico único: el águila bicéfala hispano-mexicana, como la imperial de los Habsburgo y la mexicana devorando una serpiente.

Arriba a la izquierda, se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y a la derecha está la Virgen del Pilar. Las patronas espirituales de México y España fueron colocadas al mismo nivel simbolizando la igualdad de fuerzas de ambos mundos.

Misión de Tancoyol: la misericordia

Esta misión está dedicada a Nuestra Señora de la Luz. Es posible que su autor sea Fray Juan Ramos de Lora, quien residió en Tancoyol de 1760 a 1766. El tema de la misericordia divina está representado por las intervenciones de la Virgen y los Santos.

La portada de Tancoyol es iconográficamente la más elaborada. En ésta se observan detalles tradicionales de las construcciones europeas, como las imágenes de San Pedro y San Pablo, fundadores de la iglesia. Los acompañan los escudos franciscanos.

La fachada destaca por su ventana coral, bajo la que se encontraba la Virgen de Nuestra Señora de la Luz, ahora desaparecida. A los lados están sus padres San Joaquín y Santa Ana. San Roque aparece previniendo con su presencia la peste. Completando el cuadro está representada la estigmatización de San Francisco con las llagas de Jesús. En el remate, la gran cruz triunfal es la señal de la redención del género humano; a sus lados se ubican las cruces de Calatrava y Jerusalén.

El espíritu indígena se encuentra presente en las columnas del interior del templo, veneradas por un jaguar y un personaje de rasgos olmecas.